No he podido hablar contigo tan abiertamente como quisiera, el idioma nos limita a ambos y es una pena no poder explicarte tantas cosas que siento. El tiempo es implacable para mí ahora, como siempre.
Nunca es suficiente el miedo para dejar de arriesgarse, la vida como en todo, sigue siendo una partida que sólo se gana con sudor y sangre. Herirnos unos a otros, salvajes.
No, yo no tengo palabras para justificar mi libertad, disfruto igual un cigarro que un día en el campo, mejor fumar un cigarro un día en el campo. También me gusta disfrutar mi cuerpo, sin embargo me da miedo disfrutar el tuyo. Te deseo en la regadera de todos los días, te siento en mi casa y ya no es tan fría, cuando te imagino, se me va el aliento, respiro un poco de tu ausencia y recuerdo. Un día estuve contigo, mi vida se encendió unos segundos. Mis ojos, quedaron con ese brillo un tanto empolvado, huele a guardado mi corazón que espera.
Me dueles amor con valentía, pero está cansada el alma, tengo miedo ahora, quién sabe qué se venga. Se cierran las fronteras, se deshace la capital, estamos condenados, quisiera una familia.
Está de moda arrepentirse de los pecados del prójimo, disculpo a muchos y pido perdón a otros.
No, no tengo palabras para justificar mis errores, sólo no quiero temer al futuro.
La próxima vez, no me dejes partir.
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