viernes, 11 de diciembre de 2009

Vanidad


Conocer la luna, estar en ella, saber que tiene un lado que no siempre se ve, recorrerla a pasos, estar en el lado oscuro.
Caminar en ese lado caliente, caminar hacia el lado frío; es comer, beber de ella, mirarla desnuda, olerla. 
¿Nunca has estado en la luna?
Le he dado mil vueltas, hay mucho por ver. Respiro en ella, moverse con ella, sentirle el ritmo, constante palpitación, se agita por las mañanas, respira con el ocaso, viene con la noche y puedo tocarla. 
Hay noches en que todo da vueltas, se siente incómoda, se sacude un poco, me lleva con ella. Basta aferrarse con las plantas, pensar que da la vuelta al sistema, parece no violentarse, no importa la ruta, nunca gira de regreso, ni se detiene, no corre. 
Tengo la luna, repito constantemente, levanto la cabeza, ahí está. Puedo llevarte. 

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